Un hilo invisible une a madre e hija. Cada vez que la pequeña está lejos, la adulta mide cuánto tiempo le llevaría socorrerla. ¿Qué pasaría si el peligro fuera de muerte? #PorQuéLeer “Distancia de rescate” de Samanta Scheweblin (Literatura Random House, 2014).
Vacaciones familiares en el campo: nada puede salir mal. Pero cuando Amanda conoce a Carla se da cuenta de que en ese pueblo donde planeaba pasar unas apacibles jornadas algo se tuerce. David, el hijo de Carla, se comporta rarísimo: mata patos y los entierra. Amanda no quiere que su hija Nina se acerque a los extraños (cada vez que lo hace, el hilo invisible que las une le arde en el ombligo), pero no puede evitar la atracción que le provocan Carla y David. El peligro no pasa, el tiempo sí.
Espeluznante y realista al mismo tiempo, “Distancia de rescate” es de esos libros que resulta imposible dejar. Narrada de forma original, la trama va develando a cuentagotas las piezas clave que ayudarán al lector a descubrir qué les está pasando a los personajes. La falta de información nos desespera, truco infalible que desafía al hilo con el que Schweblin nos ata. Parafraseando el título, una especie de distancia de lectura.
El terror me llevó a leer las últimas páginas al borde de la silla y con taquicardia, imposible distraerme. Me habían recomendado muchísimo que lo leyera, y no se equivocaron: acá hay literatura de la buena. Talento, experiencia y grandes ideas. No se lo pierdan.