Cuatro mujeres dispuestas a lidiar con las imposiciones sociales mientras luchan contra sí mismas qué estereotipos romper… y hacia donde ir. #PorQuéLeer “Nosotras que nos queremos tanto” de Marcela Serrano (1991).
¡Al fin las 4 coinciden! Ana invita a sus tres amigas del trabajo a pasar unos días en la casa del lago. Durante ese lapso, nos irá contando las historias de Isabel, Sara y María quienes han crecido en el Chile de Pinochet. Siendo mujeres esto ha implicado superar una mayor cantidad de prejuicios y la rotura de estereotipos que han dejado profundas huellas en sus personalidades.
A medida que avanza su narración, Ana nos pone en autos sobre la dura infancia de Isabel y sus problemas de alcoholismo, el despojo con el que parece vivir María producto de una familia aristócrata y superficial y la vida de militancia de Sara, que ha hecho con sus intereses lo que ha podido.
Es difícil establecer a «Nosotras que nos queremos tanto» como un libro escrito de forma clásica. Por el contrario, a medida que avanzamos en la lectura la coincidencia en la casa del lago deja de resultar importante hasta pasar a un último plano. Acá, lo fundamental serán las diversas historias de vida, cuyos detalles nos permiten identificarnos y compararnos, abrazarnos y comprendernos.
Aunque al principio me chocó la ruptura de la linealidad, después descubrí que se trataba de un material especial. Y pude disfrutar de aprender de estas personas que, según Serrano, son el resultado de las muchas mujeres que conoció en su vida. “La gran revolución de este siglo es que las mujeres recuperen la voz”, dijo la autora. Un bello libro para atesorar.