Juan Naranjo, mejor conocido como Juanito Libros, aporta al debate de por qué casi no contamos con producciones con perspectivas distintas a la heteronorma en nuestras bibliotecas y cómo eso ha comenzado a cambiar.
Históricamente la literatura fue un lugar para las masculinidades, a excepción de grandes autoras como Jane Austen, Emily Brontë y Mary Shelley (que no estuvieron exentas de cuestionamientos). En las últimas décadas eso comenzó a modificarse, pero si hay una deuda que todavía nos debemos, esta tiene que ver con el colectivo LGBTIQ+.
Juan Naranjo es booktuber y escritor, autor de Mariquita (Roca Libros, 2020), donde cuenta, a través de una historia personal, una universal: la de los marginados, los diferentes, los acosados.

“Estamos acostumbrados a leer siempre desde la misma voz, y ha sido muy recientemente cuando nos hemos puesto las pilas en pensar que a lo mejor hay otra gente que tiene otras cosas que decir. Y ahora hay mucha gente se esta dando cuenta que si mira su estanteria, todo lo que hay son historias de personas cis hetero y no hay representaciones de las historias de las personas LGBTI, que hay en su entorno, en su trabajo, en su familia”, expresó.
-¿Y vos por qué crees que no están?
Creo que lo que siempre se ha priorizado es una perspectiva tradicional, burguesa, blanca, heterosexual y masculina de las cosas. Y que es a través de esa voz que se nos ha contado la historia y por la que se nos ha transmitido la literatura.
También me parece que la conciencia social que hemos empezado a desarrollar en las últimas décadas nos ha empezado a hacer ver que no conocíamos historias de gente que no correspondiere a ese arquetipo concreto, y ha sido cuando nos hemos empezado a interesar por novelas escritas por mujeres, por personas racializadas y hoy las personas LGBTI, que aprovechan ese vehículo para hablar de su propia vida, de su propia experiencia, pero también simplemente para crear personajes que nos haga sentirnos representados a todos.
-¿Por qué creés que ese androcentrismo en la literatura comenzó a cambiar?
-Hoy vemos clarísimo cuando en un debate hay solo hombres, que ahí faltan voces. Y desde hace pocos años nos empezamos a dar cuenta que en una estantería o en un debate que falta gente LGBTI, estos no pueden estar completos, les falta un porcentaje de la sociedad.
Se ha comenzado a despertar la conciencia de que se necesitan voces más diversas, más amplias, que nos hablen de otras realidades y nos cuenten de otras formas de vivir, de amar, de sentir, de ser.
Y creo que ese proceso en el que todos estamos volcados, es lógico que las personas de la comunidad llevemos eso con mayor ahínco o interés, porque toda nuestra vida hemos estado faltos de representación en la ficción, la cultura, la televisión, el cine. Entonces cuando han empezado a caer en nuestras manos historias protagonizadas por gente como nosotros, o que contaban vivencias similares, las hemos consumido con deleitación.
-Pero eso ha comenzado a extenderse a todas las personas, ¿no?
En los últimos años, algunos de esos contenidos han superado esa barrera de ser consumidos solo por la gente del colectivo a ser consumidos por cualquier tipo de público. Es importante consumir historias que nos hablen de los demás. Y nosotros como una minoría lo hemos visto como algo habitual, algo de siempre, pero mucha gente se está empezando a dar cuenta que como persona heterosexual también puede apasionarse y amar un libro o una pelicula en la que los protagonistas sean gente LGBTI.
Yo creo que queda mucho por hacer, pero ya se ha prendido la chispa de convertir la ficción o el arte LGBTI en algo que no se quede solo en el colectivo, sino que transgrede esa barrera invisible y que sea accesible para cualquier persona.
-¿Cómo ves el desarrollo de la producción literaria del colectivo en estos últimos años?
-La literatura de la comunidad está viviendo su adolescencia, no es que antes no hubiese, lo hay y muchísimo. A menudo se habla de las personas LGBTI pensando solo con respecto a nuestra sxualidad o relaciones románticas pero uno puede ser soltero toda tu vida, no tener relaciones sexuales y ser igual de la colectividad durante toda vida. Siempre se relaciona con lo romántico o lo sexual, pero en realidad va mucho más allá, tiene que ver con la identidad, con el ser.
Considero que estamos en un proceso de hacer nuestro propio camino y a lo que hay que aspirar es que nuestra literatura no hable solo de ser LGBTI, sino que empecemos a ver personajes e historias que traten sobre cualquier otra cosa, un western, un drama policiaco. Creo que es algo que está empezando a existir y que incluso en algunos casos se está convirtiendo en fenómeno de masas, como la serie de cómics de Heartstopper. El objetivo es que al final una historia a la que se le pueda poner la etiqueta LGBTI hable de cualquier tema, y no solo de los tópicos estrictamente vinculados.
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