Victoria Ocampo fundó la revista Sur. Y era su hermana mayor. Adolfo Bioy Casares escribió inolvidables novelas. Y era su marido. Jorge Luis Borges es reconocido en todo el mundo por sus construcciones literarias de relojería. Y fue su amigo. Ella, la más referida que nombrada, Silvina Ocampo.
Al universo de Silvina solemos entrar por alguna de estas puertas, como si la suya propia no valiera lo suficiente, estuviera más inaccesible o viniera con advertencias de peligro. Muchos mitos rondan la figura de la escritora argentina nacida en 1903 y fallecida 90 años después.
Consciente de que a esta poeta, cuentista y novelista se la conoce más por sus sombras que por sus luces, la periodista Mariana Enríquez escribió “La hermana menor. Un retrato de Silvina Ocampo”. El libro salió por primera vez en 2014 con el sello Ediciones Universidad Diego Portales de Chile (editado por Leila Guerriero) y en 2018 lo publicó Anagrama.
La hermana menor no es una biografía ni un currículum vitae. Enríquez se dedica a construir un perfil periodístico -un retrato- de Ocampo como si de armar un rompecabezas se tratara. Hay piezas faltantes, los bordes no siempre funcionan como guía, por momentos se confunden los colores, pero es la autora de este texto la que encuentra la forma con dedicación.
Para lograrlo, Enríquez cita bibliografía, incluye fragmentos de las numerosas entrevistas que realizó, visita los lugares en los que vivió Silvina Ocampo e indaga. Donde el mito echó raíces, ella poda y encuentra otras verdades posibles. La relación entre Victoria y su hermanita, el casamiento con Bioy Casares (¿arreglado o por amor?), las relaciones extramatrimoniales, sus preferencias sexuales, la amistad vertiginosa con Borges, su posible implicancia en el suicidio de Alejandra Pizarnik, su posición política, la presunta indiferencia de la crítica hacia sus textos… todo lo que se dijo y dice sobre una enigmática y aristocrática mujer argentina que vivió casi todo el siglo pasado.
Su obra literaria, que no siempre es puesta en primer plano cuando se la nombra, es rescatada en este libro y contextualizada con hechos que ocurrían en la vida de la escritora antes, durante y después de las publicaciones. Por eso, la investigación de Enríquez puede utilizarse como mapa de coordenadas para abordar a Silvina por primera vez.
Como todo perfil periodístico, La hermana menor se balancea en el subibaja de la información fáctica y las opiniones de allegados. En lo que concierne a la intimidad de Silvina Ocampo no plantea verdades ni dogmas, porque ¿acaso los hay en alguna vida?
#PorQuéLeer La hermana menor. Un retrato de Silvina Ocampo de Mariana Enríquez
Asumo estar en el grupo de los que casi no conocen la obra literaria de la más chica de las Ocampo. Por eso tenía tantas ganas de abordar el libro de Mariana Enríquez, una autora que admiro y leo desde hace muchos años. (Les comparto un link al video donde reseño su libro de cuentos Las cosas que perdimos en el fuego, Anagrama, 2016).
Descubrir a Silvina mediante la pluma de Mariana fue un privilegio que disfruté muchísimo. Tomé notas, marqué frases y recibí una clase implícita de cómo se practica la profesión periodística.
Me gusta concluir que Ocampo («el etcétera de la familia», según ella misma) es una bisagra entre dos generaciones de escritores, aunque no siempre se le reconozca ese valor, tan distraídos estamos analizando si fue la hermana, la esposa o la amiga de alguna figura con nombre propio.
Ficha técnica
Título: La hermana menor. Un retrato de Silvina Ocampo
Autora: Mariana Enríquez
Editorial: Anagrama
Año de esta edición: 2018
Cantidad de páginas: 186