El director del evento que se inaugura hoy en La Rural Ezequiel Martínez lamentó la falta del stand de la cartera de Cultura argentina. “No podemos hacer más que aceptar el comportamiento”, indicó.
La 48 edición de la Feria del Libro de Buenos Aires abrió el martes 23 sus puertas al público profesional, la prensa y los creadores de contenido como antesala al acto inaugural de este jueves 25.
“Cada feria es un desafío”, le dijo a Por qué leer el director general de la Fundación El Libro Ezequiel Martínez en un encuentro improvisado en los pasillos del predio de Palermo. “(A pesar del contexto) Esperamos que la gente responda como sucedió en 2022 al salir de la pandemia”, deseó.
La representación nacional, en falta
A mediados de marzo, la secretaría de Cultura de la Nación encabezada por Leonardo Cifelli anunció que no estaría presente en la feria. Según el Gobierno, el dinero que representaba el alquiler del stand (300 millones de pesos, según una nota del diario Clarín, un número desmentido por la Fundación) sería destinado a bibliotecas populares.
“Es notable la ausencia del Gobierno nacional. Da una señal en cuanto a qué les está pasando con la cultura, sobre todo siendo este el evento cultural anual más importante de la argentina y de la región. Son decisiones políticas, nosotros no podemos más que aceptar el comportamiento y apostamos al resto: a los editores, a los expositores, que hacen un gran sacrificio cada año por estar aquí”, sostuvo Martínez.
El stand 602 del Pabellón Azul fue aprovechado por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. Hasta el último día de la feria, el 13 de mayo, se realizarán allí talleres, conversatorios, homenajes y presentaciones de libros.
A pesar de no participar a nivel institucional, el presidente Javier Milei presentará el domingo 12 de mayo su nuevo libro: “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica” (Planeta).
Leer, expresión de deseo
Después de reconocer tener el “estresómetro en su nivel más alto” a horas de la apertura oficial, Martínez manifestó la alegría por el inicio del evento aunque reconoció cierta frustración por no poder disfrutarla como un visitante más. Y bromeó: “Mi primera metáfora fue: me tiraron en un parque de diversiones y no me puedo subir a ningún juego”.
“Esta la fiesta del libro, es la fiesta de los lectores y esa es la marca distintiva que nos acompaña en cada edición”, concluyó.
