La directora se atreve a destacar lo literario en el teatro y con su obra Lengua, lengua, lengua pone de manifiesto el valor de la rima.
Entro a la sala Batato Barea del Centro Cultural Rojas para ver la obra Lengua, lengua, lengua, escrita y dirigida por Caro Mazzaferro. Todo ya está en funcionamiento: hay una actriz vestida de monja sentada en lo que parece ser un set de DJ y está pasando música. La iluminación tiñe el escenario de violeta. La vibra es medieval y a la vez muy moderna.
Una vez que estamos todos sentados y se da por comenzada la obra, la religiosa empieza a recitar un poema que en realidad es una canción porque la música nunca deja sonar.
“La poesía es brujería”, dice, y nos adelanta el tema de la obra: una cruzada brujas versus monjas. Dos brujas en misión encubierta quieren salvar de la hoguera a la hija de la panadera del pueblo. La obra es fascinante por la trama, atravesada por el humor, y por el uso del lenguaje: hechiceras y sores hablan y se resisten a hablar, respectivamente, en verso.
El ojo que todo lo ve
Mazzafero, la directora de esta puesta, tiene 27 años. Se formó con Mariana Mazover, estudió actuación en la Universidad Nacional de las Artes y en 2019 hizo la Diplomatura en Dramaturgia del Centro Cultural Paco Urondo. Lengua, lengua, lengua es la tercera obra que dirige.
“Cuando estaba terminando la carrera de actuación me di cuenta de que me gustaba más dirigir, era el lugar donde más cómoda me sentía en los proyectos. También hice muchas asistencias de dirección que me prepararon para la dirección. Me formé desde lo práctico”, cuenta Mazzaferro en diálogo con Por qué leer.
Lengua, lengua, lengua le hizo ganar el año pasado el 14° Premio de Nueva Dramaturgia Germán Rozenmacher, otorgado por el Centro Cultural Rojas. Este premio fue creado en 1999 por el Rojas y el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA). Desde entonces, en ocasión de cada nuevo FIBA se entrega este premio y se edita un libro con las obras ganadoras. “Hay algo de la publicación de textos dramáticos que está buenísimo que pase porque no es algo a lo que se le dé mucho lugar. El teatro también tiene una dimensión de lo literario”, opina Caro.
La directora se interesa particularmente por ese punto: “Tanto en Lengua como en otras obras que fui escribiendo hago mucho uso de la didascalia como un lugar de búsqueda en relación a lo literario y a la posibilidad de descripción de imágenes sensoriales. Las didascalias con una función poética que amplían esta experiencia a la hora de leerla”.
Didascalia: Indicación del dramaturgo a los intérpretes para la puesta en escena. (Definición RAE) |
El desafío de trenzar los mundos
En Lengua, lengua, lengua el trabajo con la literatura es muy potente y se puede ver en la puesta en escena, sin conocer las didascalias. La obra le da un papel central a la poesía. La gran mayoría de los parlamentos son en verso, lo cual es un desafío actoral.
“Nos dimos espacio a ensayar bastante porque sabíamos que era difícil de poder montar, principalmente por el uso del lenguaje y la búsqueda que tenía mi propuesta de dirección, el alto de composición”, cuenta Caro, recordando cómo comenzó esta aventura.
“El primer ensayo que tuvimos fue a principios del 2021. Tenemos una foto en la que estamos con barbijos. Después frenamos y nos volvimos a encontrar en octubre de ese año. Un par de semanas después surgió lo del premio y ahí cambiaron un poco los planes… para bien. Empezamos a ensayar de vuelta a principios del 2022”.
La propuesta de dirección de Lengua, lengua, lengua es integral. “Me gusta que todas las áreas tengan un peso importante, no solo la actuación: que el vestuario haga algo de escenografía, que la escenografía se deje atravesar por la luz y genere texturas, que la luz también complete algo de la escenografía con todos los colores que hay en las escenas, con el humo y demás”, señala Mazzaferro.
Quizás lo que más resalta de todos estos elementos es la música. Abre y cierra la obra, acompaña los parlamentos claves y ayuda mucho a construir el humor, que es una apuesta fuerte.
“La obra trae a la actualidad la sonoridad de la rima, con la música que tiene muchas referencias del pop y la electrónica. Cuando empecé a idear la puesta pensé en qué lugares estamos ahora acostumbrados a escuchar la musicalidad de la rima, porque en la poesía contemporánea no hay tanta. No es lo más mainstream. Entonces surgió esta idea de trabajar con música y con una música en vivo que tome estas referencias… Rosalía, Billie Ellish, Bjork, María Becerra o cantantes de trap de ese estilo”, explica Caro.
Este es otro punto donde la obra dialoga con la literatura, con la poesía, y plantea interrogantes: ¿dónde escuchamos rima hoy en día? ¿seguimos relacionando, en nuestros tiempos, rima y poesía? Lengua , lengua, lengua viene a demostrar que la relación entre dramaturgia y poesía está y puede explorarse desde distintos ángulos. “Ambas no sólo están atravesadas por la oralidad sino que también están hechas para ser dichas en voz alta. Hay algo también de la relación con la imagen, con lo sensorial y con las imágenes que están muy presentes en ambas disciplinas. También la cuestión del impacto: en un poema es por condensación y en una obra de teatro, lo mismo, tiene que captar la atención, hay algo del tenerte ahí en ese presente que un poco las dos lo tienen”, reflexiona Mazzaferro.
Cómo, dónde y cuándo ver la obra
Lengua, lengua, lengua: ganadora del premio Nueva Dramaturgia Germán Rozenmacher, estrenada en el marco del FIBA 2023 en el Centro Cultural Rojas.
Vuelve a estar en cartelera a partir del 6 de mayo y es una obra para no perderse. Experimento poético, humorístico y musical. Para quienes les guste la poesía, para quienes les guste la brujería, para quienes quieran reírse y pasar un rato en una aldea del siglo XVII donde todo es insólito y donde, al final, la rima triunfa.