La presidenta de la Conabip María del Carmen Bianchi valoró la visita de estos mediadores de lectura a la Feria del Libro en el marco de Libro % y manifestó: “Estamos trabajando para que las bibliotecas populares reciban el apoyo que requieren y al que tienen derecho”.
Los pasillos de La Rural están abarrotados de carritos. Cajas apiladas se pasean sobre ruedas por pabellones y stands. Son arrastradas por bibliotecarios populares de todo el país que llegaron a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires para aprovechar los descuentos del 50 por ciento en libros y participar del Encuentro Nacional.
-¿Sos de Corrientes capital?
-No, de Goya. ¿Conocés?
Se presentan, se abrazan. Es viernes 5 de mayo, el primero de los tres días con actividades y descuentos especiales para ellos. Hacen fila a la hora del almuerzo de este viernes lluvioso de otoño porteño y aprovechan la espera para ponerse al día.
“Venir a este encuentro es como pasear por la plaza de un pueblo. Encontrarte con la gente que conocés, divertirte con sus anécdotas, conocer lo que le pasa a su familia y tratar de ayudar para que puedan hacer lo que quieran”, resumen María del Carmen Bianchi, la presidenta de la Comisión nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) del Ministerio de Cultura nacional.
Porque el pueblo se lo ganó
Según el sitio web del organismo estatal una biblioteca popular “es una asociación civil autónoma creada por iniciativa comunitaria”. Sus responsables no son necesariamente bibliotecarios de carrera sino vecinos que “brindan información, educación y recreación” a partir de sus acervos.
En las más de 1200 bibliotecas populares distribuidas por todo el territorio nacional se desarrollan “actividades culturales, de la lectura y del libro en forma amplia, libre y pluralista”. La primera del país se creó en San Juan en 1866 y cuatro años más tarde -a instancias del por entonces presidente Domingo F. Sarmiento- nació la Conabip.
“Este es el encuentro de la gente que imagina y empuja, que crea cosas y que, sobre todo, da de leer, de pensar. Que da comunidad a su comunidad. Tiene una cosa mágica: circula una alegría a pesar de todo”, le dice Bianchi a Por qué leer. Y una sonrisa amplia le gana la cara.
Nuevas lecturas para la comunidad
Durante el viernes 5, sábado 6 y domingo 7 de mayo, se llevan adelante el Encuentro Nacional de Bibliotecas Populares y la décimo octava edición del programa Libro %.
El tema del Encuentro 2023 es “Argentina lee la Democracia, 40 años” y habrá charlas y plenarios al respecto. Además, se presenta la colección de historietas destinada a niños, niñas y adolescentes para poner a su alcance temas como “la libertad, los derechos, las soberanías y las identidades” mediante “el humor, la poesía y la aventura”.
“En este marco nos hemos planteado la circulación de la palabra y la recuperación de su valor. Las bibliotecas populares han tenido, tienen y tendrán ese rol importantísimo de circular la palabra y hacerla crear otras realidades”.
Respecto a los beneficios especiales, los visitantes acceden a descuentos del 50 por ciento en libros de los stands adheridos.
El Estado nacional aportó más de 356 millones de pesos para financiar viajes, hospedajes y compras de libros para que los bibliotecarios populares renueven sus catálogos en función de las demandas comunitarias.
“Viene gente de todas partes del país, de los más remotos pueblitos. Para algunos es la primera vez que visitan Buenos Aires y más: ni si quiera habían ido a su ciudad cabecera para tomarse un colectivo. En CABA se suele creer que todo es como acá y nada que ver. Por eso las bibliotecas populares expresan lo diversa y plural que es Argentina”, sostiene María del Carmen.
Hablemos de dinero
Más allá de la cuota social que abonan los usuarios de cada biblioteca popular, los legisladores crearon en 1986 un Fondo Especial para financiar estos espacios desde el Estado. Fue ese fondo (proveniente del impuesto al juego) el que logró sostenerse a fines de 2022 cuando estuvo a punto de entrar en vigencia una norma de 2017 que lo eliminaba.
“Vamos a seguir atentos y vigilantes esta cuestión porque a pesar de que lo conseguimos no nos gustó la manera como terminaron las votaciones”, sostiene Bianchi.
Otro frente en el que tendrán que luchar próximamente es la modificación de una ley votada en 2016 que creó un régimen especial para juegos online y máquinas digitales que desvía a otros rumbos la recaudación impositiva. “De nuevo nos sacaron lo que debería habernos pertenecido”, se enoja Bianchi.
Y promete: “Resulta complicado, pero estamos trabajando para que las bibliotecas populares reciban el apoyo que requieren, necesitan y al que tienen derecho”.
El desafío es digital
Como presidenta del organismo responsable de fortalecimiento de las bibliotecas populares, María del Carmen reconoce que la inclusión de estas en el mundo digital “es un tema crucial”.
“La Argentina tiene una distribución muy desigual de la conectividad. El mapa de las bibliotecas ubicado sobre el mapa de la calidad de la conectividad es una muestra de cuánto nos falta para que haya una oportunidad digital para todos en este país”, grafica.
Bianchi advierte que no es una cuestión de dinero porque “más allá de lo que puedas pagar, no hay, no está, es malo, no se consigue”. Entonces, según el lugar de origen o el contexto diario, las oportunidades son inequitativas.
“La apuesta sigue siendo conseguir apoyos de contenidos y materialidad que hoy no tenemos para encontrar la manera de poner en carrera, formar, potenciar a tantos chicos y chicas que viven en pueblos perdidos sin ninguna posibilidad. Tenemos una cantidad de recursos humanos que no acceden a nada, así que sigue siendo nuestra tarea apoyar a las bibliotecas en esa búsqueda”, promete Bianchi.